LA CENA (Relato de gastronomía erótica)

Por

Alejandro Blandón.

...y pues resulta que a mí no me gustaba la comida china ni ninguna de esas mierdas exóticas, con decirte que no me gustaba la hamburguesa, y ya con eso te digo todo, que era un jueputa con panza de indio y que si no me das mis tortillas y mis frijoles, mi gallopinto, pues que no me siento lleno, y que para mí no es comida un tuco de pan duro aunque le pongan queso y le digan pizza (así con medio acento italiano).

Pero a la Brigida si le gustaba esas pajas de sushi, y le gustaba yo, pero no quería decir nada porque la Brigida era la esposa de mi primo, y en esas cuitas no me meto, pero imposible no verle los guiños, la sonrisa coqueta, el suave contoneo con que camina para que la mire, y como se toca el pelo cuando habla y como se levanta los senos de pronto... no, es que hay que estar ciego para no verlo. Pero puta, está casada con mi primo y ahí no. Ahí no.

Y pues que un día me llama para la cena, y que mi primo quiere verme, y que comeremos sushi, y yo le pregunto si no habrá algo como nacatamal y ella sólo se me ríe.

Pero cuando llego ahí me doy cuenta de todo. La puerta estaba sólo de empujar, lo hice. Entré y la casa estaba oscura, mi primo no estaba, pero sí la Briggida, hermosa sobre la mesa, iluminada con mil velas, sobre un mantel rojo su cuerpo desnudo, sólo tapado con las cositas de Sushi.

-Mata y come -me dijo.

Al principio no entendí, luego supe que aquello salía en la Biblia pero no me di cuenta ese día. Me acerqué excitado de ver su cuerpo como nunca lo había visto. ¡No era el sushi lo que me quería comer! Con los palillos le comí alguna cosita, pero no aguanté mucho. Le quité la comida de encima y decidí comerla de otro modo. Y con eso te digo todo, que ahora me gusta mucho el sushi.

ALEJANDRO BLANDÓN: Escritor jinotegano que ahora radica en Costa Rica.