EL PUENTE (Relato)
Sucedió una mañana cualquiera. Eusebio atravesó el parque, con sus zapatillas negras y su impecable traje blanco, y se dirigió al puente de madera para cruzar el río. A su alrededor, algunas familias compartían juegos y había enamorados adolescentes haciéndose promesas vacías en las bancas. A Eusebio nada de eso le importaba. Aceleró el paso y comenzó a caminar por el puente, pero justo antes de poner un paso fuera de éste se encontró, de nuevo, al principio, cerca de un par de árboles que se mecían con el viento. Eusebio se asustó. ¿Acaso había imaginado que atravesaba el puente? No sabía mucho de psicología, pero estaba seguro que aquello no era normal. Sin embargo, como se viera en la necesidad de llegar urgentemente al otro lado, prefirió preocuparse por su salud mental más tarde. Caminó por el puente, con paso rápido, sintiendo las maderas crujir bajo sus pies, pero nuevamente, antes de llegar al final, se encontró al principio. Aterrado, Eusebio dio media