MELVIN ARTOLA LAZO es actualmente un asiduo colaborador y un activo administrador de la página CIUDAD DE ESCRITORES 20020, poeta, escritor y locutor nacido en Matagalpa, Nicaragua.
"Carta a una señorita en París" es un cuento del libro Bestiario de Julio Cortázar. En el relato, nuestro protagonista sin nombre le escribe una extensa carta a una señorita llamada Andrée, quien le ha prestado a nuestro héroe su apartamento, mientras ella está en París... Pero las cosas salen mal y el protagonista se ve obligado a confesarle a Andrée su secreto: ¡Vomita conejitos! Con esta premisa, Cortázar nos va narrando las dificultades que nuestro protagonista tiene debido a que su maldición de regurgitar roedores blancos se sale de control. No importa cuánta normalidad intente aparentar, pronto Sara (el ama de llaves) y sus amigos, empiezan a notar algo raro en la conducta del protagonista. Se ha propuesto que los conejitos son símbolo de la actividad creadora de un escritor, o un reflejo de la ansiedad y los temores fóbicos. Nada podríamos asegurar, aunque con Cortázar siempre hay que leer entre líneas. Un cuento magistral construido con frases cortas, pero con ...
Por Alex Nicaragua. Sí, soy norteño, y me vale madres, pero le andaba ganas a mi primita y la desgraciada lo sabía. Es que hay cosas que hasta un ciego puede ver y aunque uno disimule frente al tío y se haga el loco frente a la madre, la chavalita sí captaba las miraditas indiscretas, los levantados de cejas, los corazones en Facebook, los mensajes diciéndole lo rica que estaba. Es que ni que fuera pendeja no iba a captarme, y si algo tiene es que la niñita no tiene nada de pendeja. Y pues resulta que un día me manda un mensaje. "Y que hace primo? "Acá nada. "Y que aburrido. "Jajaja. "Yo tampoco hago nada porque estoy sola en casa. "¿Quieres que vaya a hacerle compañía, primita? "Claro, pero que no sepa la tía Rosa. "No se preocupe. Ahí le llego. Y que llego, y la desgraciada estaba con un top que le apretaba las redondeces y un pantalón que no disimulaba nada. ¡Buen cuerpo tenía, la chiguina! Si es que me tenía más loco que un...
El cuento “La Larva”, del genio de las letras castellanas, Rubén Darío, es una de sus mejores incursiones en el género del terror sobrenatural. Es publicado por primera vez en la revista Caras y Caretas (Buenos Aires, 1910) y Darío lo presenta como un suceso real, aunque toma prestada la identidad de un personaje llamado Isaac Codomano. Con toda genialidad, el maestro nicaragüense condensa en un solo relato breve experiencias autobiográficas, elementos mitológicos, referencias cultas y su estilo breve. Aunque algunos de sus cuentos no son fáciles de leer hoy en día, La Larva se sostiene como un estupendo relato de terror, en pleno siglo XXI, por su capacidad de conectar con los lectores. Básicamente el cuento gira en torno a un chiquillo que vive en un país tropical y supersticioso, lleno de leyendas aterradoras, lo que no le impide escaparse de su casa para asistir a serenatas. En medio de su aventura se encuentra con una mujer en el parque. El chico trata de seducirla, pero ...
Comentarios
Publicar un comentario